La llamada del destino…
Q uizás aunque no lo sepamos, hacemos lo que podemos hasta que nuestro destino nos es revelado… Sin embargo el destino es aquella parte que tú has de recorrer o has de hacer, aquello que te propones, un camino personal que a de llevarte a lo esperado. Sin embargo, solemos confundir destino con recompensa. La recompensa es la máxima expresión emotiva del éxito, la felicidad, la paz, o la alegría, y el destino es la fuerza de voluntad que vas a tener de no fracasar, durante el tiempo que tardes en obtener lo anhelado y sentirte recompensado. El destino es una fuerza, una potencia, una cualidad que poseemos y que por decirlo así, mueve montañas. El destino del que te hablo, es un estado de la consciencia que va más allá de un espacio y un tiempo. Confundimos destino con el punto contrario al origen, el final, por ejemplo de un camino, de un recorrido. Y lo peor para no sentirnos fracasados aceptamos nuestro destino, confundiéndolo con que es lo que nos ha tocado en la vida, lo que merec