Todo es ahora
Vivimos atrapados por algo de carácter espiritual, algo de carácter etéreo que todos podemos reconocer que existe sin duda alguna, el tiempo. Pero como medir el tiempo, como cuantificarlo. Desde que el hombre es hombre se ha interesado por su control, en principio para controlar el frío y el calor, las migraciones de los animales y con ellas el alimento de origen animal, después para poder ayudarse en las tareas de cultivo, desde la siembra a la recolección. Así poco a poco el hombre fue descubriendo la gran bóveda celeste, las constelaciones zodiacales, las constelaciones circumpolares, los planetas y así pudo datar un calendario de carácter universal y fractal que rige mucho más que los acontecimientos de la vida humana, crea la evolución de la consciencia. En la antigüedad se esculpieron los mayores monumentos astrológicos y astronómicos que determinaban la proyección del tiempo único en nuestras vidas y en nuestras existencias, todos ellos entre el trópico de Cáncer y el de Capric