Todo es ahora
Vivimos atrapados por algo de carácter espiritual, algo de carácter etéreo que todos podemos reconocer que existe sin duda alguna, el tiempo. Pero como medir el tiempo, como cuantificarlo. Desde que el hombre es hombre se ha interesado por su control, en principio para controlar el frío y el calor, las migraciones de los animales y con ellas el alimento de origen animal, después para poder ayudarse en las tareas de cultivo, desde la siembra a la recolección.
Así poco a poco el hombre fue descubriendo la gran bóveda celeste, las constelaciones zodiacales, las constelaciones circumpolares, los planetas y así pudo datar un calendario de carácter universal y fractal que rige mucho más que los acontecimientos de la vida humana, crea la evolución de la consciencia. En la antigüedad se esculpieron los mayores monumentos astrológicos y astronómicos que determinaban la proyección del tiempo único en nuestras vidas y en nuestras existencias, todos ellos entre el trópico de Cáncer y el de Capricornio mayoritariamente. Un ejemplo claro de estas palabras es el antiguo zodiaco de Dendera en Egipto, un gran calendario universal.
Poder comprender este tiempo cíclico permitió crear costumbres, usos y normas; y así la animalidad primigenia del hombre fue domesticándose y permitió un salto cualitativo en nuestras vidas. Una vez las necesidades básicas están cubiertas el hombre busca otro tipo de actividad no ordinaria, sino extraordinaria. Se desarrolló así la primera de las capacidades de la consciencia humana, la capacidad de relacionarse, de comunicarse desde los sentimientos, en definitiva el control del tiempo creó el amor, la capacidad de amar.
La materia o tercera dimensión esta basada en el espacio, en la capacidad de adaptarse a él o transformarlo y esto es lo que todos los seres del planeta hacemos en nuestras diferentes consciencias de manifestación, desde la consciencia mineral, vegetal, animal o humana.
La cuarta dimensión está basada en el tiempo, y en la capacidad de manipularlo, o mejor dicho de crear conscientemente nuestras vidas. Y cuando uno es consciente decide crear su vida en armonía, en amor. Por lo tanto el tiempo se basa en la capacidad de amar, y amar es cuidar, mantener y proteger aquello que te hace feliz.
En definitiva el tiempo es amor, y el amor es la capacidad de crear la vida basada en los sentimientos del corazón, del alma. Pero en que tiempo vivimos? Los hay que están anclados al pasado, otros desean sólo vivir el presente y no preocuparse del futuro; y luego están los que preocupados en exceso viven en el futuro, pero todos condicionamos el tiempo de igual modo.
Te preguntarás como se condiciona el tiempo. Desde el pasado creas una proyección presente llena de recuerdos y memorias que seguramente pesan más de lo necesario y lastran tu porvenir en el presente por las leyes de causa y efecto.Vivir sólo desde el presente, es de muy inocentes o muy necios pues las leyes universales actúan lo sepas o no, y no puedes dejar tu creación a merced de los vientos; ¿si no te preocupas de sembrar en el presente que esperas recoger en el futuro? Y por ultimo vivir en el futuro es dar por perdido el presente, sentimos que algo nos falta en él que no podemos tener y anhelamos por ello un futuro mejor, pero de nuevo lo dejamos a merced de la suerte y condicionamos así el futuro con infinidad de posibilidades.
Por lo tanto no puedes vivir ni crear amor en el pasado pues este ya ocurrió, y mucho menos en el futuro que aún esta por llegar esto lo tienes claro. Entonces estarás pensando que sólo puedes vivir y crear con amor en el presente, pero te equivocas también, no puedes utilizar el presente, esto no es más que un determinado espacio de tiempo.
Como te decía antes todos los tiempos están condicionados, pues el tiempo presente en la materia también contiene un error como hemos visto y dicho error está contenido no sólo en el tiempo presente, sino en el tiempo pasado y futuro y este depende de la proyección de tu espiritualidad desde la personalidad en la materia.
Olvídate de crear la vida en un tiempo lineal. Sí el tiempo es amor, el amor no puede ser sólo un espacio de tiempo finito, por que lo que se crea en amor nunca desaparece. Debes crear un salto cuántico en tu mente que te permita trascender la realidad del tiempo lineal y cambiar el menos malo de los tiempos, el presente, por un estado de mayor vibración en tu consciencia.
Ese estado es el Ahora, todo es ahora, y si todo es ahora, todo está por venir. Debes entender que el ahora no es un tiempo, es un estado de consciencia que te permite proyectar todo tu amor en un momento o espacio de tiempo, evidentemente en el tiempo presente. Pero el ahora determinará siempre el presente.
Y como es la consciencia en el ahora? Esto es bien sencillo de explicar, imagina tu primer beso de amor y recuérdalo con toda su intensidad, eso es ahora. O el momento de mayor placer en la relación sexual, eso es ahora. El enamoramiento de la pareja, eso es ahora. Cuando viste y tocaste por primera vez a tu hijo o hija, eso es ahora. Cuando disfrutas de una puesta de sol o de un amanecer, eso es ahora. El ahora lo es todo, es un estado de la mente que permite modificar la materia con el amor de tu corazón, por todo esto y mucho más todo es ahora...
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