Negociar para cambiar la vida...
Vivimos en un mundo asfaltado y sin vida. Marcado por las prisas, por las circunstancias y nos sentimos zarandeados por un mar de soledades que jalonan nuestras vidas. Nuestros pensamientos caen en la monotonía y nuestras emociones se hunden en la melancolía de otros tiempos donde vivíamos mejor, o donde éramos tan ignorantes y necios que no escuchábamos nuestra alma, esa voz interior que nos habla, que nos susurra cada día, a cada paso y que desea liberarse y liberarnos. Pero nosotros solemos mandarla directamente al ostracismo y la condenamos a bajar errante. Hasta que la desidia de los días nos lleva a renegar de nosotros mismos, de nuestra actitud y nuestra falta de madurez o cobardia para cambiar, para negociar con la vida. Si, debemos negociarlo todo, debemos debatir con nuestro yo interno, con nuestra alma, con todo aquello que dentro de ti tiene ansias por conducirte a la libertad. Pero, ¿De que tipo de libertad estamos hablando? ¿Qué estamos negociando? ¿Acaso ahora la vida