Trascender la realidad, un blog de Shamballa Soul Space

Enseñanzas del Gran Jefe Sioux, Cuervo Loco: El tiempo es la mejor cura para todas las heridas cuando los pensamientos no son medicinales, y si te dejaron heridas seguramente tus pensamientos están ó han estado enfermos. Los pensamientos enfermos están basados en la falsa creencia del hombre blanco ante la posesión material. Un día nosotros conocimos al hombre blanco, él nos enseño que la tierra, nuestra tierra, no nos pertenecía como herencia del Gran Espíritu y de nuestra Gran Madre, sino que se podía dividir y comprar con oro, que tenía un precio y que todo en la vida costaba algo de ese oro.  Es aquí cuando el hombre blanco manipuló la esencia del pensamiento natural, medicinal y se entregó a la vida a través del intercambio egoísta, sometiendo bajo su dominación a todos aquellos que se opusieran a su tan fastuosa y recargada verdad.  Desterró tribus, cambió el curso de los ríos, mato animales por despecho, y quemó toda la vida que nuestra Gran Madre nos otorgó a nosotros sus hijos

Estas palabras son enseñanzas del jefe tribal norteamericano Águila Blanca, de los Poncas de Wichita, Hablando de los seres humanos y de sus estados de lucidez en su evolución: Un hombre o una mujer sabios, pueden llegar a ser un hombre o una mujer medicina. Pero un hombre sin voluntad, ni poder interior, no puede llegar a ser un sabio, ni llegará mucho más allá de donde le permitan las suelas de sus botas.  El sabio no es el conoce más de los demás o de como funciona este mundo, el sabio, es aquel que llega a conocerse a si mismo mejor que a nadie. Un sabio es aquel que conociendo su interior, reconoce en si mismo sus debilidades y sus virtudes, y se digna a anteponerse a la adversidad en cada uno de sus actos.  Un sabio es un primigenio guerrero, que no lucha contra nadie más que contra si mismo, contra su ego y contra su orgullo. El guerrero que se convierte en sabio se derrota a si mismo, muere como animal para renacer como hombre o mujer y su espíritu se hace libre, representándos

Nuestra condición humana ha evolucionado durante miles de años pero es en esta última era donde el ser humano ha domesticado sus instintos y su capacidad de sentir y percibir. Por lo que ha perdido la capacidad de comprensión de la vida a través de sus sentimientos, y estos han quedado relegados a un segundo plano.  Se ha impuesto en este último gran tiempo la evolución de la lógica, de la razón y por lo tanto de la mente y el pensamiento. De forma general nuestros pensamientos no han estado guiados por sentimientos de armonía o amor, sino que se han basado en las formas de manifestación del ego.      Esta disociación entre razón y corazón ha delimitado mucho nuestras vidas y sus diferentes formas de existencia, además hemos llegado a aborrecer las religiones, cuyo propósito fue crear un vínculo entre dichos puntos, un punto de equilibrio entre la razón y el corazón, un lugar donde todo pueda convivir en armonía. Sin embargo en los últimos años hemos necesitado de este punto medio, de

Partiendo de la base científica y empírica de que todo es energía, y que esta ni se crea ni se destruye sino que únicamente se transforma podemos dividir y ordenar este amplio concepto de energía desde lo mas denso a lo más sutil, desde la materia a lo etéreo, pero no debemos perder de vista que lo interesante aquí es ver y analizar cómo nos afecta en nuestra personalidad y en nuestro cuerpo físico toda esta cantidad de energía que circula a nuestro alrededor y con la cual tenemos gran cantidad de entalpía.  Somos energía y esta se densifica en la materia donde adquirimos un cuerpo físico, cuyos órganos vitales y sistemas corporales tienen funciones perfectamente definidas y diferenciadas de la mente, la personalidad y el ego, dicho esto deberíamos decir que nuestro cuerpo no nos conoce o no debería conocernos. Él es completamente autónomo; es al asociarnos a esta realidad a través de nuestro cuerpo cuando este somatiza la repercusión de todos nuestros actos. Nuestro cuerpo físico es d

Todo lo que vivimos es válido, nos es de provecho, pues todo lo que nos ocurre crea un presente continuo, sin paradojas, que no deja nada al azar sino que premedita cada uno de los siguientes o sucesivos pasos. Sin embargo todo lo que vivimos es también relativo y no determinista. Entendemos como algo normal sufrir emocionalmente por las consecuencias de nuestros actos y de nuestras decisiones recreados desde la apariencia del libre albedrío. Pero sí todos los pasos del camino tienden ha hacernos enmendar el error creado por nuestra inexperiencia o falta de consciencia, y esto lo dicen las leyes del Karma, entonces el resultado de cualquier acción puede ser modificado, es más debería ser modificado para así trascender el sufrimiento.  El universo se rige por infinidad de leyes pero todas se basan en la búsqueda de la armonía, donde todo encaje, donde nada falta ni sobra, en definitiva tiende a la perfección, al refinamiento de la forma. Al movernos por la delgada línea de leyes tales c