Enseñanzas del Jefe Ponca Águila Blanca...

Estas palabras son enseñanzas del jefe tribal norteamericano Águila Blanca, de los Poncas de Wichita, Hablando de los seres humanos y de sus estados de lucidez en su evolución:

Un hombre o una mujer sabios, pueden llegar a ser un hombre o una mujer medicina. Pero un hombre sin voluntad, ni poder interior, no puede llegar a ser un sabio, ni llegará mucho más allá de donde le permitan las suelas de sus botas. 

El sabio no es el conoce más de los demás o de como funciona este mundo, el sabio, es aquel que llega a conocerse a si mismo mejor que a nadie. Un sabio es aquel que conociendo su interior, reconoce en si mismo sus debilidades y sus virtudes, y se digna a anteponerse a la adversidad en cada uno de sus actos. 

Un sabio es un primigenio guerrero, que no lucha contra nadie más que contra si mismo, contra su ego y contra su orgullo. El guerrero que se convierte en sabio se derrota a si mismo, muere como animal para renacer como hombre o mujer y su espíritu se hace libre, representándose ante él como un animal de poder y este animal será para siempre la guía de su alma en todas sus obras. 

Aquel que lucha fieramente para liberar su corazón, conoce bien cuan difícil es cambiar sus instintos. Más si lo logra puede albergar en su interior su medida de paz. Desde la paz interior, se reconcilia con su mundo exterior, comprende el gran ciclo de la vida y decide compartirla plenamente con sus semejantes desde su amor, desde su corazón, desde la guía de su espíritu. 

Sólo el hecho de compartir le hace consciente, sabio y maduro, y sólo en la madurez se siente en equilibrio entre el Cielo y la Tierra, reconciliándose así con la vida, para hacerse uno con todos y todo en la gran creación de Wakan Tanka, del gran espíritu. 

Sólo de este modo, el joven o la joven guerrera, pueden derrotar al lobo que habita en su interior y entonces elevar sus ojos más allá de su realidad para lograr ver el águila volando a su alrededor, su consciencia que se le presenta ante si. La consciencia dormida del hasta ahora guerrero despierta y le permite mostrarse tal cual es, pues se comprende a si mismo, su autoestima le reconforta, le hace fuerte, grande y digno de ser. Ahora él y su espíritu cabalgan libres.

Ya no es rechazado a su alrededor, sino que es aceptado; pues él o ella, se aceptan a si mismos. Es ahora cuando se abre a compartir desde el corazón y se prepara así para llegar a ser un sabio, pues es la experiencia compartida la que da la sabiduría. 

Tiempo más tarde, más allá de la madurez, después de haberse convertido en un hombre sabio, en su mayor momento de plenitud su águila desaparece, y aparece ante él el gran hombre medicina, El Gran Espíritu, su Creador. 

Al comprender la creación, la gran obra divina de la vida, se vuelve uno con él, todo esta al alcance de su mano, y desde sus manos y su corazón fluye la energía de la curación, es un momento donde se obran milagros. 

Todo él es un hueso hueco por donde la energía fluye a su alrededor, todo en él es orden y armonía, jubilo y belleza, todo a su alrededor reluce, así es verdaderamente útil en la vida. Una luz arco iris, una medicina macerada durante muchos años en su corazón es lo que desprende como ancestro en su tribu. Esta es la mejor herencia que podrá transmitir a todos los que ya son su familia en su corazón, antes de reunirse de nuevo con su gran creador...



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