El pensamiento lateral...
A veces deberíamos cuestionamos más las cosas, deberíamos ser capaces de ver la profundidad de la realidad y lo que la vida pretende decirnos o enseñarnos con aquello que nos ocurre en la misma y que impacta en nuestro ser. Pues esto repercutirá en nuestras emociones y codificará nuestra forma de pensar, la modificará, cambiando así nuestra percepción de la realidad, lo que pensamos o sentimos, y por lo tanto altera nuestra personalidad.
Dicha personalidad sigue ciertos patrones de conducta de carácter evolutivo y que se configuran en nuestro ser desde prácticamente recién nacidos. Esta evolución de la personalidad permite adaptarnos a las circunstancias de la vida que hemos creado, pero pretende también ir más allá y trascender estos límites.
Para ello es importante recordar que la personalidad está basada en varios aspectos que dirigen y organizan nuestra vida, como son: El lugar y el tiempo donde nacemos, la familia en la que lo hacemos, nuestros progenitores el padre y la madre, la consanguinidad recibida o ADN cuya función es crear nuestro cuerpo físico con una previsión genética de mayor o menor salud, y la capacidad de ganarnos la vida.
Esta estructura básica de información, se codifica en todos los niveles de nuestra realidad, de forma física, mental, emocional y espiritual. Creando una estructura totalmente organizada donde es fácil ver cómo se desarrollarán patrones karmicos por aquellas leyes tales como el ensayo y error o la causa y efecto. Para que lo entiendas estamos codificados, o manipulados, o predestinados según este principio de acción, que contiene toda esta cantidad de información de la cual estamos hablando.
El paso por la vida se encargará de hacer el resto, es decir de qué verifiquemos todo ese conocimiento externo y que obtengamos resultados. Si estos nos son útiles entonces seremos más sabios, sabremos más acerca de nosotros mismos y podremos liderar la vida, por la contra si los resultados son sufridos no podremos liderar la vida ya que estos no nos aportarán ninguna comprensión o utilidad.
Verificamos emotivamente toda acción que creamos con esta plantilla de información que llamamos personalidad, y es aquí donde se encuentra el gran error. La personalidad es adaptativa acepta estos márgenes emotivos de sufrimiento o felicidad y crea una vida condicionada por contraste, es decir busca lo contrario de lo que le hizo sufrir, y creemos que así nos liberamos del error. Sin embargo lo único que hemos hecho ha sido ir al extremo opuesto y complementario de dicha experiencia cuyo resultado también será un fracaso.
Buda hablaba del camino del medio como un punto de conciliación entre estos opuestos. Pero el camino del medio sigue siendo un remedio o ungüento que permite atraer la paz interior buscando un punto medio o una media solución al conflicto que se te presenta en la vida. Esto está bien pero no es trascendental, incluso Buda lo sabía.
Existe un punto de vista totalmente alternativo, que permite resolver conflictos más allá del patrón emotivo del corazón y que lo hace desde fuera de los vértices del tiempo o del Karma, y este punto de vista está en la supraconsciencia, de ahí la búsqueda del Nirvana de Buda, para trascender estos límites y ver desde la supraconsciencia, para después manifestarla en la vida desde la tercera persona, sin la aflicción del sufrimiento.
Recordemos aquí que en anteriores entradas hemos hablado ya de la supraconsciencia.
Cuando puedes tomar distancia con respecto de tu parte emotiva y de tu personalidad, la carga de lo ocurrido, de lo vivido y recordado como tu pasado, y del conocimiento adquirido se desvanecen y no tienen efecto sobre ti para decidir en el presente o el ahora. La personalidad emotiva es comúnmente conocida como ego. Pero el ego sólo puede actuar con el corazón, con tus sentimientos y con los márgenes de felicidad y sufrimiento como resultado de lo vivido.
Como ves el error del corazón es que genera el ego, así que si lo trasciendes y buscas en todo lo que hagas el mayor beneficio común, lo mejor para todos, desde la igualdad y la libertad con la mayor cantidad de amor o empatía estarás en la mente lúcida o supraconsciente donde esta causa mayor vincula toda energía para crear lo mejor a tu alrededor y para ello necesitas de todos aquellos que te rodean; por lo tanto el bien común es la solución a cualquier conflicto.
Pero para crear este resultado alternativo que vas más allá de los márgenes del sufrimiento o la felicidad y que en definitiva son un patrón de carácter egoísta, individualista y creado únicamente por cada uno de nosotros en función de lo que nos ha ocurrido en la vida, debes tener un pensamiento diferente, revolutivo o lateral que no se condicione, y donde no busque su propia felicidad ni la de cualquier otro sino que resulte de un patrón más justo.
Un punto de justicia o equilibrio donde se valora la consciencia de la evolución, un patrón que no se cierne al bien o el mal, a lo sufrido o lo feliz sino que tiene otros márgenes más vitales, más grupales, más magnánimos. Uno de ellos es el altruismo, que pretende no esperar nada a cambio, ni bueno o malo, ni feliz o sufrido, sino que te da cierto desapego al resultado; pues el resultado no importa tanto como la intención con que se crea toda acción, según esta intención así será el resultado, se consciente de ello.
Y el otro extremo del altruismo es la metamorfosis, (más allá de la forma, o cambio en la forma, es decir de la materia).
Un cambio provocado por una mente supraconsciente fuera de los límites egoícos, puede cambiar la realidad y no sólo eso sino re-equilibrarla, en definitiva crear una metamorfosis.
Pues emotivamente y desde el corazón sólo tú percibes el cambio por esa necesidad de contraste por lo vivido, pero a tu alrededor nada cambia. Lo que ocurre es que sólo tú has cambiado la forma de cómo veías la vida, de como la entendías, y de hasta dónde podías enfrentarte a ella. Y como te digo esto te cambia y te da un respiro emotivo para no seguir adulterandote, pero el resto tarda mucho en cambiar para ti.
Por lo contrario un pensamiento lateral basado en el altruismo y la metamorfosis es de carácter neutro, no tiene polaridad, y la mente no puede controlarlo desde ninguno de sus hemisferios, por lo que la actividad del lóbulo frontal y la glándula pineal es mucho mayor, más activa y esto genera pensamientos diferentes, lúcidos y creativos. Totalmente diferentes a los que de forma polarizada condicionaron la realidad y la balancearon de extremo a extremo.
Jesús, Buda y muchos más se atrevieron en tiempos muy difíciles a ser diferentes, revolucionarios y con un pensamiento creativo y lateral, nosotros hemos perdido esa la libertad de acción y el libre pensamiento, condicionados sobre todo por los dogmas de fe que han sido nuestra guía sobre lo que es o no correcto.
Es hora ya de crecer y de probar, de ser diferentes y de atreverse, debemos dejar el miedo a lo que puede o no ocurrirnos, el fracaso nos acerca mucho más al éxito y nos enseña que queremos y como lo podemos conseguir, y para estar dispuesto a fracasar hay que ser muy valiente y revolutivo, hay que tener un pensamiento lateral o mejor dicho trascendental...
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