La supraconsciencia ...
Según la filosofía y su desarrollo dentro del entorno de la psicología podríamos definir el espacio-tiempo, más allá de un eje tridimensional donde pasado presente y futuro son percepciones opuestas y complementarias a nuestra realidad o presente. Es decir podríamos redefinir el tiempo de forma psicológica, según como lo maneja nuestro campo mental, así pues tendríamos el subconsciente o pasado, el consciente o presente, y el inconsciente o futuro.
El subconsciente es donde nuestro campo mental alberga los recuerdos y las emociones de todo lo que nos ha ocurrido en la vida, y lo hace dentro de dos márgenes de tolerancia opuestos pero que se complementan entre sí, y que son los márgenes del sufrimiento y la felicidad. Nuestro subconsciente guarda de forma latente lo más sufrido y lo más feliz, lo que es de carácter general o neutro tiende a deshecharlo.
El consciente es de carácter creativo y organiza la vida, desde nuestro interior moldeando nuestro carácter y personalidad para adaptarla a las experiencias vitales que vamos a vivir, y como las vamos a vivir, o como nos las vamos a tomar en función de la información que maneja nuestro subconsciente.
El inconsciente prevé los resultados de lo que hemos decidido experimentar en función de las circunstancias del consciente o presente y de lo ocurrido en la vida, o subconsciente. Por lo que al redefinir el tiempo de esta manera nos permite manejar toda su información y no desvincularnos de ella. Pues estamos acostumbrados a valorar el tiempo de forma lineal y tenemos la idea preconcebida que desaparece según este va pasando como la estela de un avión y por lo tanto no puede seguir afectándonos una vez a desaparecido.
Sin embargo esto está cambiando considerablemente, la medicina y más concretamente la psicología y la psiquiatría establecen ciertos campos psicosomáticos de información que determinan el desarrollo de procesos de enfermedad, en principio de tipo mental pero que con el paso del tiempo llegan a desarrollarse en el resto del cuerpo físico.
Nos afecta o nos influencia todo, y aún más nuestras relaciones más cercanas, vivimos compartiendo relaciones que se establecen por lazos, o vínculos de amor, de todo tipo, cuando las relaciones no tienen este trasfondo nos afectan negativamente, del mismo modo cuando existen más vínculos de amor esto nos influencia positivamente, es decir sufrimos o somos felices. Como ves estos son los márgenes de la vida para la mente consciente.
Comprender este entorno temporal desde la consciencia, y sus fases de creación vital, te implican más con tu vida y te permite dirigirla, organizarla y reparar aquello que es un error y aún causa sufrimiento en tu interior. Cuando te centras en lo sufrido o lo feliz para promover cambios en tu vida, la mente da paso al corazón como órgano de percepción extrasensorial y este valora como te relacionas con el entorno dentro de tan afinados márgenes; así que el corazón reorganiza la vida para retirar lo que le duele, lo que le hace sufrir y entonces el universo confabula para cambiar drásticamente la situación, pues en este periodo de tiempo la mente se vuelve inactiva, no controla ni lidera esta parte de dicho proceso.
Se maneja un parámetro de tiempo que tiene aún mayor realidad que el subconsciente, el consciente y el inconsciente. La vida se establece según un ciclo emotivo-creativo, cuyo eje tridimensional se podría definir como Acción-Reacción-Repercusion. Un impulso vital de cambio se siente fielmente en el interior, quizá incomprensible o ilógico pero que es verdadero y nos dota de esperanza.
Si sigues el guiado de tu corazón desde este nuevo impulso emotivo-creativo, la acción, la reacción y la repercusión se manifestarán en el plano material desde otro eje tridimensional aún con mayor amplitud, que podíamos definir cómo Crear-Conservar-Renovar. Esto te va a permitir organizar la vida, vivirla y si existe algún error en el tiempo en que has creado una etapa nueva poder repararlo, pues este es el verdadero tiempo o ciclo universal, todo cambia y se transforma manteniendo un equilibrio con toda la realidad, nada sobra ni falta, todo es perfecto.
Sin embargo existe una trampa, algo que no te va a gustar pero que implica la depuración de la forma, de toda forma. Como te explico, lo fácil es saber que no queremos por lo que hemos vivido, o por la contra lo que sí queremos. Este es el principio revolutivo del cambio, que nos hará verificar todo lo que te he contado. Este hecho removerá tus emociones, tu corazón y te impulsará a cambiar todo lo que te haga sufrir en tu vida.
Así renovaras tu experiencia vital llenándote cada vez de mayor paz y felicidad, pues en la vida no todo es mal karma. Pero cuanto más tardes en entrar en esta dinámica de la consciencia, más información almacenarás en tu ADN, si esta tiene gran peso específico de sufrimiento puedes llegar a enfermar, y ocurre aquí que aunque hayas mejorado tu interior y tú exterior, el cuerpo aún no se ha depurado y para ello crea un ciclo o eje tridimensional de tiempo que llamamos Enfermar-Sanar-Curar.
Cuando el cuerpo físico enferma está intentando regenerarse, se pone todo en alerta y está creando el final del ámbito, que podíamos definir como una Metamorfosis, más allá de la forma, sólo el haber cambiado la vida y haber llegado a un estado de paz y felicidad contigo mismo y con tu entorno permite regenerar el cuerpo, sanar la parte emocional y curar el cuerpo de la anomalía o enfermedad.
Cuando pasas por estos cuatro estados tridimensionales de vibración mental (subconsciente, consciente e inconsciente) (acción, reacción y repercusión) (crear, conservar y renovar) (enfermar, sanar y curar) ocurre que se activa la supraconsciencia.
La supraconsciencia, es la información que está contenida más allá de todo este campo mental del cual hoy te hablo. En definitiva y para resumir, tu capacidad mental para dirigir la vida pasa por cuatro estados tridimensionales, que reproducen doce aspectos solares que las antiguas civilizaciones ya conocían, por ejemplo los egipcios reprodujeron el firmamento en el grabado de piedra del techo de una de las estancias del templo de Dendera, conocido como el zodiaco de Dendera, y que tienen que ver con las doce constelaciones por donde nuestro sistema solar transita en un ciclo llamado platónico de aproximadamente 25920 años.
La supraconsciencia es la absorción de toda la luz solar desde la glándula pineal cuyo espectro de descomposición tiene un patrón de doce vibraciones o haces de luz, y no los comúnmente siete conocidos hasta ahora.
Dirigir tu vida más allá de lo establecido, del conocimiento recibido o de los tiempos tan difíciles que estamos viviendo, te permite crear un pensamiento libre o lateral que abre la percepción intuitiva y despierta la glándula pineal que absorbe más luz solar. Esta luz de la cual hoy nos hacemos un poco más conscientes...
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