todo es posible...

Vivir debería significar algo así como saborear cada instante, cada momento; deberíamos ser capaces de sentarnos en una silla de parar las prisas y observarnos desde el exterior, vernos fuera de nuestra representación teatral y protagonista para poder tomar decisiones más sensatas, más honestas y equilibradas acerca de nosotros, que nos permitan liberarnos del camino del ensayo y el error, de caer siempre en la misma piedra y que nos lleven a hacer del vivir algo de carácter placentero, lúdico y realmente gozoso.

Deberíamos desear que el día nunca acabará, o desear que volviera cuanto antes a amanecer para volver a tomar las riendas de nuestras vidas, en esencia deberíamos desear ser eternamente jóvenes.

Pero la personalidad forjada por las circunstancias de la vida nos tiende a envejecer, nos hace perder las ganas de vivir y entonces nos dejamos seducir por el óbice y la desidia de los días. 
Sin embargo el espíritu que insufla tu vida, el generador de tu impulso vital es eternamente joven, no se implica en el tiempo real o material.

El tiempo es sólo una realidad en tu mente, que permite sostener la creación de la vida dentro de un espacio, de una dimensión, por lo que el tiempo sólo es una excusa para que no todo ocurra en el mismo instante. Así que recuerda que el tiempo no quita ni pone años, siempre se tienen los mismos. 

A menudo cuando despiertas piensas en como vas a recrear tu día. Sí sólo lo haces desde la mente estarás proyectando tu vida en función del ego y de las necesidades de la realidad que construiste para ti, por ejemplo: En el trabajo acabar aquel informe para la próxima reunión. 

Como ves estas creando tu vida con conciencia, o mejor dicho a conciencia, de forma que el resultado de la misma esta cantado. No dejas nada a la improvisación, y la improvisación es una de las formas que el alma tiene para hacerte consciente y crear consciencia, iluminación o sabiduría interior. 

Cuando nos alejamos de la costumbre, de la rutina y nos atrevemos a realizar algo diferente la mente se colapsa porque recibe una nueva información vital, algo que difiere y contrasta con la costumbre, y este hecho queda marcado como un punto trascendente en la vida.

Imagina que te atreves a cambiar de trabajo, o de país, o a comenzar una nueva relación, todos estos datos que se alejan de lo cotidiano marcarán tu vida para siempre creando puntos de contraste en tu mente.

Al colapsar tu mente, porque deseas modificar tu realidad, es decir tu espacio, se activa tu corazón.  A diferencia de la mente que genera dicho espacio vital, el corazón genera el tiempo desde la libertad de acción, y para que esta se proyecte al exterior primero moldeará tu carácter, es decir inducirá una novedosa forma de hacer las cosas u organizar la vida.

Además creará una personalidad consciente o presente, capaz de identificar a través de los valores adquiridos en la vida lo que se desea de esta, lo que es para uno realmente importante.
Creando así un vida más allá de la costumbre, una vida alejada del yugo y el óbice del tiempo pasado, una vida basada en las causas trascendentales, que te diferencian y te liberan de tu espacio cotidiano, que determinarán un nuevo tiempo.

Así es como te sentirás en el latir de los días, donde el pensamiento se torna compasivo, altruista y cordial. No fluye sólo desde la mente racional o lógica, también entra en juego el corazón, y entonces deseas compartir ese estado de dicha a tu alrededor para crear una larga onda de belleza y perfección, de orden y armonía. Lo que más deseas es compartir la felicidad. 

Llegado a este punto la consciencia se vuelve rítmica, es capaz de razonar, valorar, sentir y analizar desde los placeres del ego hasta las soluciones más cordiales en todos nuestros actos en el mismo instante. El resultado de este proceso esta más allá de la dualidad, más allá del ego y sus deseos, más allá del alma y su cordialidad. Se crea a tu alrededor una forma de pensamiento universal, o globalizada que recrea tu nueva vida.

En definitiva, en la vida el final no esta escrito y por firmar, sino que todo es posible, el vivir no se puede contener o manifestar en un lugar y tiempo concretos, no es una mera actitud o una forma de hacer y mostrarse, no es una expresión de la personalidad. Vivir es realmente algo tan nuevo que aún no hemos experimentado, y que tenemos el deber de atrevernos a hacerlo....



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