Libertad mental y espiritual..

Conocerse a sí mismo implica un profundo análisis de las virtudes y defectos de nuestra personalidad, esto crea un proceso depurativo, una "enfermedad", para poder ordenar y depurar nuestros hábitos o costumbres. Es así que la mente se reeduca, se trasciende y cambia la perspectiva de la realidad. En definitiva se libera de sí misma, del ego absurdo y nace entonces un estado mental consciente.

La "enfermedad" es el diálogo que el hombre ha creado de forma externa para interpretarse a sí mismo, pero como es ignorante en cuanto a la repercusión de sus actos o más bien es irresponsable, es decir no desea reponsabilizarse de sus acciones a lo largo del tiempo en que este las mantiene en su realidad, entonces crea ese falso Dios ejecutor, en donde delega la responsabilidad de analizar la repercusión de su forma de vida. Creando un proceso que se ha conocido ancestralmente como Karma.

Cuando la vida es kármica, es decir no la controlamos y no somos creadores conscientes, algo de nosotros muere de forma constante, pues toda la información de lo que hemos vivido se imprime en nuestro nivel celular a causa de las emociones que las experiencias vitales nos producen, y cuando las células se llenan de dicha información psicosomática pasan a ser de carácter estático, están llenas y por lo tanto inactivas y sólo servirán para conducirnos hacia el camino de la felicidad, por ensayo y error. Debemos aceptar el hecho de que esas células han muerto, y de que nosotros así es que nos deterioramos o envejecemos más rápido.

Y aunque el libre albedrío nos dice que cada cual puede hacer lo que desee con su tiempo, con su vida, leyes como la de causa-efecto determinan que vivirás la repercusión de todos tus actos de forma mental y emocional para asegurar que el resultado en la vida sea siempre el que contenga más orden para ti y para todos los que compartan tu experiencia. Este hecho se repetirá hasta que el resultado sea como te digo el más óptimo, y a esto se le llama karma. Pero si el ego o la personalidad manipulan la realidad de forma que el flujo del tan buscado orden no pueda llevarse a cabo, la repercusión comenzará a somatizarse fisicamente, apareciendo el dolor o la enfermedad.

La cantidad de amor que experimentamos determina el tiempo que vivimos, lo que somos y lo que hacemos, así que cuanto más valoremos nuestros sentimientos y cambiemos la realidad en función de ellos estaremos más cerca de nuestra felicidad y por lo tanto de tener un estado de salud optimo. Además nos sentiremos liberalizados y obtendremos mayor libertad de acción. Viviremos más, pero porqué viviremos en paz y armonía, felices.

Cuando escojas un cambio vital debes considerar el porqué lo haces, como este cambio mejora el pasado y lo aprendido en dicho tiempo. También debes verificar en ese momento, donde te atreves a hacer un cambio vital, las sensaciones de tu cuerpo desde lo más emotivo a lo más físico, si sientes miedo o fortaleza, si tienes cansancio o no, si tienes dolores o rigidez estructural o si existe vigor y salud, pues los cambios hormonales se activan justo después de que la mente  empieza a creer en si misma y en las decisiones que ha tomado para trascender la realidad. 

Desde una visión más profunda de la realidad, esto es una oportunidad de comenzar de nuevo, no sólo nos permite comprendernos y sanar nuestras heridas sino que nos aporta una meta, aquello donde cada uno hemos puesto nuestra visión de la felicidad. Esta característica libera cuerpo, mente y espíritu y nos da vitalidad y salud, porque nuestro cuerpo físico nos precede y a través de su bioquimica se adapta para que podamos hacer realidad nuestros deseos cada vez menos egoístas y más honestos.

Para simplificar la mente no puede gestar por sí sola un cambio, pues la mente está condicionada y predispuesta para mantener la realidad que el ego manifiesta. Dicho error de la mente que consiste en que "puede aceptar la realidad que el ego o personalidad ha creado" hace que sea imposible transmitir deseos de búsqueda de algo mejor o más digno o que contenga más felicidad. 
Es por esto que la gestión de la realidad ocurre de forma inversa de fuera a adentro. Desde las emociones a las formas de pensamiento y no a la inversa.

Al colapsar tu mente, porque deseas modificar tu realidad, es decir tu espacio, se activa tu "espiritualidad".  A diferencia de la mente que genera dicho espacio vital, la espiritualidad genera el tiempo desde la libertad de acción, y para que esta se proyecte al exterior primero moldeará tu carácter, es decir inducirá una novedosa forma de hacer las cosas u organizar la vida.

La espiritualidad es la función proyectada de la personalidad en el tiempo y como sabemos la personalidad y sus acciones dependen del punto de madurez de cada individuo, que viene determinado por el conocimiento que nos transmiten las experiencias vividas con el paso de los años, y que son básicamente de sufrimiento o armonía. Todo esto es determinante para construir una realidad modificable en función de lo que sentimos, pues es mejor sentir que pensar. Además permitirse sentir produce un vuelco entre la conciencia y la consciencia del ser humano.

Recuerda que el universo busca el orden, la armonía o lo que tu conoces como amor en todas las formas o facetas en las que este se manifiesta, por lo tanto el orden o el amor es el fin último que subyace en todo y en todos. Y para poder saber qué contiene orden, armonía o amor, el universo tiene una característica peculiar para mostrarlo, y esa es la belleza. Todo lo que es bello contiene armonía y transmite amor. Imagina una playa paradisíaca a la caída de la tarde hacia la puesta de sol, o un campo lleno de amapolas, o el vuelo conjuntado de las aves al atardecer sobre campos de trigo, o simplemente cuando escuchas una melodía que te pone el bello de punta...



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