El algoritmo del destino

La vida de la gran mayoría de las personas sigue un ‘camino marcado’ y temen explorar otro tipo de vidas. Pero a veces, aparecen personas como tú, que derriban todos los obstáculos que les ponen delante. Personas que descubren que el libre albedrío es un don que no sabemos usar hasta que luchamos por él.

Analicemos hoy porque seguimos un ‘camino marcado’...

La realidad que vivimos se organiza sobre patrones de conducta, usos, costumbres incluso normas que por lo que hemos vivido realizan la labor de ordenar y preservar las diferentes estructuras comunes, desde un ámbito de equilibrio, justicia y porqué no decir de paz.  

Estos patrones de conducta se basan en códigos de la personalidad y crean algoritmos que moldean la realidad, la transforman, y la hacen estable entorno ha dichos códigos. 

Imagina una personalidad cuyo código es el ‘trabajo’ además de representar la función laboral representa la capacidad de esforzarse para conseguir un propósito. Por lo tanto el código fuente ‘trabajo’ crea un ‘impacto’ y un ‘estímulo’ en tu mente que se verificará en tu realidad. 

Este ‘impacto’ que promueve el código ‘trabajo’ tiene como función determinar un tipo de realidad, en este caso el impacto de dicho código es el ‘esfuerzo’. Por lo tanto la personalidad en todos los ámbitos donde se desarrolle tenderá a tener que esforzarse para conseguir lo que quiere. Probablemente el impacto se traducirá en que nos esforzaremos mucho para poder lograr un determinado propósito. Entonces el ‘estímulo’ que genera el ‘impacto’ es ‘mucho esfuerzo para tan poco beneficio’

Este ‘estímulo’ sienta las bases de un algoritmo que junto con el ‘impacto’ genera una red neuronal en el cerebro, algo así como una serie de órdenes o directrices que delimitarán el tiempo y el espacio vividos en torno a dicho código. Como propósito evolutivo se
generará el ‘Algoritmo’. 

En este ejemplo ‘el esforzarse’ o ‘el trabajo’ implican que existe algún tipo de conflicto a resolver antes de que todo esté en orden. El ‘algoritmo’ generará una personalidad conflictiva que se proyecte en la vida de forma que cualquier primera situación original tenga algún tipo de error, conflicto o sufrimiento que deba ser solucionado antes de que todo vaya rodado. 

Y este ‘algoritmo’ estará presente en todos los aspectos de la vida, porque se trata de una ‘actitud’. Toda actitud que establecemos desde la personalidad requiere de este proceso donde un ‘código fuente’ de tu carácter es activado para que sea llevado a la excelencia. Dicho código establecerá los límites de trabajo desde el ‘impacto y el ‘estímulo’ y estos a su vez crearán el
espacio limitado donde se va a desarrollar la personalidad a través del ‘algoritmo’.

Cualquier algoritmo es una secuencia cuyo principio y fin son determinados, es decir conocidos, pero donde los caminos para llegar a resultados, conclusiones o al mismo fin son indeterminados, es decir pueden ser varios y diversos. 

Utilicemos el ejemplo ‘trabajo’ en su expresión laboral, la personalidad generará el ‘algoritmo’ que va a establecer que el trabajo que va a desarrollar la persona que utiliza este código vital tendrá dos condicionantes como mínimo, uno  sería el ‘principio’ que sería algo así como trabajar durante demasiadas horas y el condicionante ‘final’ que nos diría que trabajar demasiadas horas no está recompensado, por lo tanto tendrá una remuneración económica descompensada a la baja. 

Este hecho ocurrirá en ‘bucle’ por culpa del algoritmo neural y se repetirá en todas las situaciones laborales hasta que la persona se sature emocionalmente y comprenda que repetir dicha situación no es beneficioso en su vida. 

Atraemos este tipo de situaciones debido a dichos códigos fuente que emiten una frecuencia de resonancia cuya función es captar campos de información donde estas frecuencia puedan vibrar es decir mantenerse perdurar y crearse como un tipo consciencia. Todo en la vida es consciente, tiene un sentido. Desde lo más material a lo más sútil y todo tiende a estar relacionado y esto es necesario para mantener la existencia. 

A nivel celular, por ejemplo en nuestro cuerpo, las células que tienen la misma información necesitan asociarse y multiplicarse para mantenerse vivas y esto crea secuencias de datos bioquímicos que se encadenan entre sí, se relacionan y conectan para subsistir. Así se forma el ADN y este permite organizar estructuralmente el cuerpo dotándonos de el vigor, o la salud necesaria para obtener nuestros objetivos. Esta estructura de cadena proteica que es el ADN es la parte física del ‘algoritmo’. Cada código y su algoritmo crean una estructura determinada de ADN que configura la información de tal forma que el cuerpo siga a la acción mental. Tanto en la faceta positiva o de salud, como en la negativa o de enfermedad. Esto es indiferente para la función neuronal, cuyo principal interés es conseguir establecerse y proyectarse más allá de la mente, es decir necesita crear realidades perfectas donde todo debe estar en perfecto orden y armonía. Disfrutar la felicidad es la base de este proceso cognitivo y evolutivo de los seres humanos. 


Ojalá algún día todos seamos dueños de nuestros destinos, ese es el verdadero valor que tiene la vida, que tal vez, llegue el día en que todos nosotros dictemos nuestro propio algoritmo...


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