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Limites y limitaciones…

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Imagina que estás en una playa del caribe y miras hacia el horizonte en dirección al mar el límite natural es dicha línea final donde parece unirse el cielo y el agua. Sin embargo ahora imagina que das un giro de 180 grados y entonces ves palmeras y maleza muy cerca de ti y no te permiten ver más allá del interior de la isla. Eso que ahora ves delante de ti es una limitación, pero no es el límite de la isla.   Los límites son conceptos naturales que organizan la realidad y las limitaciones son los obstáculos que nosotros tenemos para alcanzar dichos límites.  Por ejemplo el límite de tu día a día es cuando despiertas y cuando te acuestas. Según el día de la semana y tú tipo de vida tienes unas cosas que crees que debes hacer, si durante ese tiempo límite llamado día, no puedes hacer todo lo que te has propuesto y eso te genera sufrimiento, entonces ese día ha tenido limitaciones, por ejemplo perder tiempo en los desplazamientos por tráfico denso, o tener que hacer cola para hacer tus c

Los valores del tiempo…

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  Cuando te paras a pensar a cerca del tiempo te das cuenta, con el paso de los años, que el tiempo tiene diferentes medidas en función de cómo lo percibimos, es decir, el tiempo nunca mide lo mismo. Y aunque el tiempo es de carácter inmaterial organiza toda la materia y en definitiva toda vida.  Todo está y es, en función del tiempo, a veces lo vemos como una prisión que lastra nuestro porvenir y otras veces como una fuerza liberadora, pero aún así el tiempo sólo es una cuestión mental y transitoria, cuyo valor se determina por la capacidad que tienes de gestionarlo. Para gestionar el tiempo debes empezar a comprender que es algo que va más allá del pasado al futuro.  Por ejemplo para tu mente el tiempo es un sistema creativo. Deberías renovar el pasado, crear el presente y conservar el futuro. Crear, conservar y renovar es una frecuencia del propio tiempo.  Al igual que “sanar, enfermar y curar” son las tres fases del tiempo en el cuerpo. Y para el alma el estado del tiempo es “decid

La acción despreocupda…

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De todos los mecanismos que tiene el cuerpo para expresar si lo que haces te va a beneficiar o no a largo plazo el más importante es la “acción despreocupada”. Toda acción vital tiene un interés personal, deseas beneficiarte, quieres una recompensa, algo que te den por lo que previamente has dado. Sin embargo una “acción despreocupada” no valora el resultado final y egoico, sino el resultado del cambio que va a crear en ese espacio-tiempo donde se produjo dicha acción. Esto es la base de la salud.   La diferencia de una acción despreocupada a una interesada, crea un proceso neural y bioquímico que produce una mayor cantidad de “inmunoglobulina”, que sirve a groso modo para restaurar la salud corporal o mantenerla, es decir, toda acción altruista genera bienestar, salud, y la salud es la capacidad de convertirte en lo que quieres ser, y para ello debes tomar decisiones firmes y ahí es donde entra la diferencia de inmunoglobulinas que te van a permitir ser valiente, atrevido y decidido a

Cuando viajas no cambias de lugar cambias el tiempo…

Todo viaje tiene un destino y un fin, pero el destino es sólo el lugar, y el fin en si mismo, es lo que vas a experimentar, como lo vas a experimentar y como ese viaje, que se ha concentrado en unos pocos días, hará que cambie tu percepción de la vida, como la sientes y como esta te emocionará para volver a disfrutarla.   Cuando viajas cambias el espacio donde normalmente haces la vida. Sin saberlo te has asociado o acostumbrado a una realidad donde a tu alrededor todos hacen cosas “similares”. Cuando pones distancia lo que consigues es estar y sentir de forma “diferente”. Ver y compartir otras formas de vida, diferentes culturas, filosofías o religiones, hace que te “cuestiones” la realidad que vives y si puedes mezclar un poco de todo eso que viviste en cada viaje tu mente se revolucionará.  Cuando la mente racional se “desubica” en el espacio y el tiempo, como cuando viajas, que no estás en tu tiempo ordinario, laboral, diario o semanal, es decir cuando no estás programado, las neur

La llamada del destino…

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Q uizás aunque no lo sepamos, hacemos lo que podemos hasta que nuestro destino nos es revelado… Sin embargo el destino es aquella parte que tú has de recorrer o has de hacer, aquello que te propones, un camino personal que a de llevarte a lo esperado.  Sin embargo, solemos confundir destino con recompensa. La recompensa es la máxima expresión emotiva del éxito, la felicidad, la paz, o la alegría, y el destino es la fuerza de voluntad que vas a tener de no fracasar, durante el tiempo que tardes en obtener lo anhelado y sentirte recompensado.  El destino es una fuerza, una potencia, una cualidad que poseemos y que por decirlo así, mueve montañas. El destino del que te hablo, es un estado de la consciencia que va más allá de un espacio y un tiempo. Confundimos destino con el punto contrario al origen, el final, por ejemplo de un camino, de un recorrido. Y lo peor para no sentirnos fracasados aceptamos nuestro destino, confundiéndolo con que es lo que nos ha tocado en la vida, lo que merec

Valora lo que tienes…

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  Lo que tienes o lo que posees en la vida es fruto de cómo te implicaste con ella, esto es obvio, pero lo que tienes dice mucho a cerca de ti, de cómo eres, de cómo piensas, de cómo sientes y en definitiva de cómo existes.   Imagina por un momento, la mayoría de personas como tú y como yo tienen un coche, un trabajo, familia o amigos, y han creado así un espacio vital. Pero por ejemplo una persona que desea vivir en un ático denota tener más aspiraciones, vislumbrar un horizonte más lejano, le motiva el futuro y hará todo lo posible por superarse. Como superar la altura entre plantas subiendo por las escaleras, crea un esfuerzo para obtener una recompensa.  Por la contra una persona que vive en un bajo, es más conformista, acepta lo que tiene, se adapta y saca también su provecho de ello, pero no le motiva el futuro sino que intenta solucionar el presente, lo que exponemos en los dos casos no es para comparar ni valorar que es mejor o peor, es simplemente una cuestión de actitudes y v

Sólo cuando observas la realidad, es cuando esta cambia sin esfuerzo…

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Tendemos a preocuparnos por todo aquello en lo que nos vemos y sentimos involucrados, creemos que reflexionamos o nos cuestionamos las cosas que nos ocurren pero no es así, más bien lo que hacemos es tratar de adaptarnos y sufrirlas o de rechazarlas porque nos acabarán afectando demasiado y provocarán cambios no deseados.  Si realmente reflexionáramos o nos cuestionáramos lo ocurrido en ese mismo instante estaríamos procesando la proyección futura de dichos eventos donde estamos involucrados. Dicha compresión del porqué están ocurriendo, y como esto nos será útil en un futuro no muy lejano, haría en ese instante de compresión o iluminación que ese mismo futuro cambiará y se manifestará en la forma en la que nuestra comprensión lo ha captado, procesado, entendido y valorado.  Esta explicación se basa en que Einsten decía en sus teorías que sólo por observar la realidad está cambia. Si eres capaz de observarla desde el silencio, o ausencia de empatía, preocupación y posicionamiento de tu