Es mejor sentir que pensar...

Nuestra mente es el órgano más divino que poseemos, incluso Miguel Ángel en la Capilla Sixtina colocó a Dios, el gran creador, dentro de un gran cortex cerebral alcanzando a su creación Adán con el dedo índice de su mano, dotando a este último de su gran proyección mental. 

Por lo tanto nuestra mente es un regalo divino, fruto de eones de evolución desde el cerebro reptil, cuyo pensamiento es básico, instintivo y primigenio, hasta el desarrollo del lóbulo frontal que junto con la glándula pineal nos confiere un sexto sentido, conocido como intuición ó percepción. Esta capacidad intuitiva es fruto de un estado de consciencia donde el valor del tiempo no se mide de forma lineal, pasado-presente-futuro, sino que todo tiempo es el Ahora. 

Cuando estas en el Ahora, tu mente esta justo donde tiene que estar, en la presencia, centrada en el propio instante, está libre y preparada. Así puede ocuparse de cualquier situación ó circunstancia sin presión alguna ó mejor dicho sin preocupaciones. Pero realmente no estamos acostumbrados a dicha nitidez mental, fruto de nuestro tipo de vida tenemos gran cantidad de pensamientos, en gran medida preocupantes, en el mismo momento de tiempo y relacionados con la gran variedad de cosas que hacemos durante el día ó la semana. 

Esta carga mental y emotiva hace que vivamos de antemano nuestra vida, creando una realidad calculada, ya vivida en la mente y que lo único que le falta es tiempo para que acabe ocurriendo. Pero, ¿Has pensado que ocurre cuando estas en este tipo de actividad mental? 

Pues que al vivir mentalmente y desde la preocupación toda experiencia que aún no ha sucedido, cuando esta se produce ya la has vivido dos veces por lo menos, una en tu mente y otra en la materia, por lo que ha pasado para ti, por lo menos, el doble de tiempo, independientemente del resultado de la misma. Como ves la preocupación de la mente ante lo que va a ocurrir y su resultado hace que envejezcas el doble de rápido, porque para ti ha pasado el doble de tiempo.

Poseemos una memoria celular debido al impacto de las emociones que recibimos como respuesta psicobioemotiva de todas nuestras acciones que nos sirve para valorar lo bueno de lo malo. Debido a esto, toda la información de la vida no sólo es recuerdo ó memoria en la mente sino en todas las células del cuerpo, y por consiguiente esto pasa a nuestro ADN.

Por este hecho podemos decir que el paso del tiempo, de la vida, nos envejece como ciclo natural, pero si además vivimos la vida de forma programada, ó de antemano, entonces estamos acelerando este proceso de envejecimiento.

Pensamos demasiado y sentimos más bien poco, y además nos tomamos la vida demasiado en serio, deberíamos percibir la vida en tercera persona, sin asociarnos con la realidad, sin estar en el Yo, el ego ó la primera persona.

Cuando vives en primera persona, es decir desde el pensamiento, generalmente programado ó preocupado, lo que ocurre en la memoria celular es que esta absorbe toda la información de la vida de forma doble directa, una antes de que todo ocurra, desde el pensamiento y otra después de haber ocurrida toda acción, desde las emociones, por lo que tenemos la información duplicada, 

Para que lo puedas entender, imagina como se conectan todos tus dispositivos tecnológicos entre si, tu movil ó celular con tu tablet, ocurre de tal forma que entre ellas se sincronizan y contienen la misma información para que nada se pierda. Se suele decir que se tiene esta información en la memoria del propio aparato y en el streaming, ó memoria colindante. 

Del mismo modo nos ocurre a nosotros cuando pensamos demasiado, por esto envejecemos ó enfermamos de forma más rápida, deberīamos aceptar que es mejor sentir que pensar...





Comentarios

Entradas populares de este blog

La llamada del destino…

Cuando viajas no cambias de lugar cambias el tiempo…

Valora lo que tienes…