Cuando puedes ver la energía vital...

Todos los seres humanos por el simple hecho de vivir sobre la gran bóveda celeste, de carácter eléctrico, y atraídos bajo nuestros pies por la gran fuerza magnética de La Tierra somos grandes condensadores de energía que circula a nuestro alrededor como un campo electrostático. Esta energía personal contiene la memoria de todo lo que somos y por ello estamos constantemente descodificando la información de dicha memoria que en forma de luz gira alrededor del cuerpo físico y que ha sido conocida desde tiempos ancestrales por todas las culturas como aura, alma o espíritu y aunque estos nombres nos recuerdan nuestra parte espiritual tienen significados diferentes entre ellos.

Poder ver esta energía vital, conocida como Chi en la filosofía oriental, es parte de la función sensorial de la glándula pineal. La glándula pineal es conocida como el tercer ojo, o el ojo de la consciencia, tiene diversas funciones físicas todas ellas relacionadas con el sistema endocrino, pero también es un órgano de percepción sensorial, o peor dicho extrasensorial. 

La secreción de una cierta cantidad de Dimetiltriptamina que esta glándula puede producir de forma natural nos permite ver e interpretar esta luz-información en todo su ancho de banda, es decir podemos verla desde el pasado hasta el momento presente. Así que si estuviéramos acostumbrados a ver nuestra energía vital podríamos saber como se nos presenta el futuro, para simplemente vivirlo o para atreverse ha cambiarlo en función de lo que todos anhelamos, la felicidad.

El cuerpo físico crea de por si este campo electromagnético a su alrededor y en él, las experiencias de la vida, los recuerdos y las emociones que generaron nuestros actos se quedan grabados hasta que el destino, debido a las leyes de causa-efecto, y ensayo-error vuelven a traerlos al presente para ser analizados, superados y crear mayor armonía en el ser humano. Estos campos de información, llamados cuerpo emocional y cuerpo mental están anudados alrededor del cuerpo físico llegando hasta los siete metros aproximadamente de distancia, contienen todo lo que somos y por lo tanto lo que expresamos de nosotros mismos, es lo que habitualmente conocemos como alma. 

El alma es el contenedor del cuerpo físico, de las emociones y de los pensamientos. Todo lo que nos rodea emite vibración y esta vibración produce luz-información. Nuestras acciones fruto de nuestros pensamientos, y sus resultados que generan en nosotros mismos emociones son lo que estos campos de información contienen. Esta información forma parte del aura. A su vez, el aura es parte del alma, que es una copia energética de cada ser humano. Su contenido en el presente es fruto de todo lo vivido desde el pasado y por lo tanto contiene información del posible futuro a vivir por la ley de causa-efecto. 

Visualizando el aura obtenemos una lectura del ser humano y de su proyección vital, pudiendo así analizar las causas que están en el pasado para poder comprender mejor los efectos que estas causas crean en el presente y así podemos obtener información que pueda lograr modificar el futuro con mayor equilibrio. 

Estos campos de energía-información que están anudados a nuestro cuerpo físico fluyen a través de nuestros órganos vitales que absorben las informaciones de los actos de nuestra vida cotidiana. Los hechos felices nos expanden la energía y nos dan plenitud y vitalidad, sin embargo los hechos sufridos o difíciles contraen la energía impiden su flujo natural a través de nuestro cuerpo físico y es así cuando se produce el dolor y los diferentes tipos de enfermedades de las que comúnmente adolecemos. 

Mediante la visualización del aura y viendo como fluyen estas energías por los órganos vitales podemos detectar bloqueos energéticos que puedan llegar al plano físico. Este hecho puede ayudar no sólo a la sanación mental y emocional sino también a la sanación física. Por lo contrario si la enfermedad ha llegado al cuerpo se necesita revisar el aura hasta encontrar la causa u origen de la enfermedad que está en un punto de la vida no solucionado, no comprendido, una causa pendiente de la cual aprender. Si la persona realiza una comprensión personal puede equilibrar su enfermedad y hasta sanarla. 

El aura contiene información vital de esta vida sin embargo el alma puede albergar recuerdos de vidas pasadas pero en muy poca cantidad, sólo de aquellas que aún contienen experiencias que se deben comprender en esta encarnación. Estas vidas pasadas si es necesario pueden verse también a través del aura. 

En definitiva verse con los ojos de la mente, con la glándula pineal, nos permite ver lo vivido a nivel astral o energético, comparar esto con el aura del presente permite contrastar todas las informaciones para saber sí se está en el buen camino. Como decía Buda si se camina por el sendero del medio...