El cuerpo de luz, tu información vital...
A través de la luz natural, la luz del Sol, recibimos un flujo de energía de carácter universal que penetra en nuestros campos sutiles hasta su llegada al cuerpo físico. Dicho flujo de energía es llamado información y contiene gran cantidad de datos y órdenes que desde lo más sutil de nuestro ser, desde nuestra mente hasta nuestro cuerpo físico, son recibidos a través del proceso bioquímico de síntesis de aminoácidos que los transporta hasta la cadena de información personal llamada ADN o cromosoma (cuerpo de luz).
El contraste entre la información que recibimos de los campos sutiles de energía de nuestro alrededor en el tiempo presente, del resto de personas con las cuales convivimos, y la información de toda una vida que contiene el ADN con su karma genético y memoria celular, hace que se produzca siempre una comparación entre presente y pasado, y por su diferencia creamos a través de nuestras decisiones todo lo que nos ocurre en la vida.
En el ADN se encuentra la información codificada de lo vivido karmicamente, por lo tanto también de la previsión, de lo que se presupone, se va a vivir debido a la ley de causa y efecto. Sin embargo aquí es donde se hace efectiva la popular frase: "los caminos de Dios son inescrutables", ya que la expansión de la consciencia del ser humano permite absorber esa gran cantidad de información, o luz, de carácter universal y no manipulada, recibida como decíamos desde la irradiación solar de la bóveda celeste sobre la cual vivimos. La propia palabra información, (in-forma-ción) nos dice que esta energía absorbida o luz es lo que da forma a la acción, es decir la materializa.
Este hecho altera la estricta ley de causa y efecto, seguirá habiendo siempre una causa y un efecto para todo, pero el efecto como repercusión final de la experiencia ya no será un resultado cantado sino que este flujo vital de energía del cual hablamos y que es atraído conscientemente nos permite jugar a ser Dios, a poner armonía y amor en cada desenlace, nos permite cambiar y transformar lo que no podíamos hasta ahora y esto se llama libertad de acción o el verdadero libre albedrío.
Este proceso crea el campo unificado del cual tanto se habla en física cuántica, un campo unificado personal e intransferible. Un campo armónico que crea orden y paz al portador del mismo. Es un gran vórtice energético estable y permanente a tu alrededor. Este campo unificado necesita absorber e irradiar energía constantemente, necesita un flujo continuo de la más elevada energía, pues la fotosíntesis o absorción de luz crea los procesos de la vida tanto en el cuerpo físico como en nuestras relaciones como seres humanos.
En ocasiones dicha fotosíntesis se fuga de nuestros campos de energía por la ausencia de voluntad propia y se cede en nuestras relaciones humanas, esto ocurre en todos nuestros vórtices de energía que se encuentran a la altura de los órganos vitales conocidos en el sánscrito induista como chacras que liberan esta energía en cada manifestación de nuestro ser, cuando esto ocurre estamos en modo pasivo, recibimos constantemente información de nuestro entorno y esto puede provocar la somatización física de lo que vivimos, llegando a crear el dolor y la enfermedad.
Por la contra sí organizas tus deseos y pensamientos con tu realidad el modo cambia de pasivo a activo y esto crea el campo unificado, la fotosíntesis circula por todo su ser y se queda dentro de esta gran esfera creada o vórtice de energía unificada, se concentra y se hace una energía atractiva, que atrae como un imán lo que de verdad importa en la vida, ordenándola para crear todo lo necesario hasta llegar al resultado óptimo o deseado.
El campo unificado impide que el ADN se corrompa que el pasado y la ley de causa-efecto lo corrompan pues la consciencia al ordenar la realidad no se identifica sólo con el cuerpo físico y la materia sino que busca crear la realidad desde un sentimiento interior de mayor calado, un sentimiento o percepción de tu alma.
Aquello que la ciencia y la física cuántica llaman campo unificado, ha sido conocido desde tiempos ancestrales por los filósofos, eruditos o místicos como alma. Toda la vida es sagrada y toda vida tiene un alma y un espíritu que nos impulsa a vivir y a experimentar
Los seres humanos tenemos un alma que vive en nosotros gracias al amor que juntos compartimos, capaz de traspasar todos los tiempos e inmune a la muerte...
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