En los vértices del tiempo...

Einstein y la mecánica cuántica sostienen que el observador, por el simple hecho de observar crea o cambia la realidad. Yo me permitiría decir que toma consciencia de ella. Pero dependiendo del conocimiento del observador, es decir de su consciencia, la realidad observada será comprendida de una forma u otra, sacando sus propias conclusiones; pues existen diferentes niveles de consciencia que crean la realidad. Dichos niveles de consciencia están basados en el espacio y en el tiempo.

Imagínate en una habitación, sentado en la posición de loto, en el centro de la misma. Desde tu posición puedes mirar hacia adelante, pero no hacia atrás y eso no quiere decir que el resto de la habitación que ves no exista, compruebas así la profundidad. Sí miras hacia derecha e izquierda valorarás la anchura de la estancia, y por último puedes mirar hacia arriba y abajo para percibir la altura, dándote cuenta de la gran distancia que te separa del techo de la misma y lo cerca que estás del suelo. 

Seguramente este ejemplo te de que pensar, pues del mismo modo funciona la matriz de la realidad que generas en la actividad de tus días. Hablamos en este ejemplo de lo alto, lo ancho y lo profundo, que determinan lo que conocemos como el espacio. El espacio es el medio donde se desarrolla tu espiritualidad, y tu espiritualidad es la proyección de tu personalidad en el tiempo.

Hasta aquí tenemos creada la realidad como algo de carácter espacio-temporal, es decir la capacidad de crear en el tiempo a través de un espacio, de una dimensión, en este caso tridimensional. Así podemos decir que la tercera dimensión está basada en el espacio. 

La materia que nos rodea forma el espacio, que es como la habitación, pero si no se le da una utilidad a dicho espacio, este carece de interés, por lo que la utilidad de la habitación está determinada por el tiempo, cuyo propósito es crear una dimensión superior al espacio. Así el espacio crea el tiempo o cuarta dimensión.

La cuarta dimensión, basada en el eje de tiempo dentro de un espacio, tiene en principio presente, pasado, y futuro. En el ejemplo de la habitación, tu sentado en el centro creas el presente, la utilidad de la estancia, el futuro representa lo que tienes hacia delante y lo que no ves detrás de ti simboliza el pasado; pero como ves el espacio donde el tiempo se sostiene es sólo uno, único, es la propia habitación.

Por lo tanto, el espacio como eje tridimensional atrapa al tiempo, por lo que en la materia, en la realidad de la vida, presente, pasado y futuro conviven en el mismo momento. Generando leyes tales como la causa y el efecto, o lo que en el sánscrito se conoce como Karma. 

Por lo tanto lo que hagas en esa habitación, así como lo que hagas en la vida va a repercutir tanto en el pasado, como en el presente y en el futuro. Como ves el espacio crea el tiempo y el tiempo se genera sobre sí mismo mediante la acción, o la creación de la vida. Generando a través de los momentos vividos diferentes niveles de consciencia que organizan la realidad.

Al igual que en la habitación, el espacio lo contiene todo. Imagínate de nuevo en ella, e imagina que desde tu centro creas líneas delante, detrás y sobre ti, que se proyectan en el espacio a lo largo, ancho y alto. Cuando estas líneas absorben todo el espacio se crea un campo orbital a tu alrededor debido al electromagnetismo que se ejerce por la diferencia de potencial que existe entre la bóveda celeste y la corteza terrestre. Condensando a tu alrededor toda la información de lo que ves, de lo que percibes o de lo que sientes. 

La información se modula para crearte una memoria celular, un alma, que contenga dicha información, contendrá un espacio o lugar donde esta ocurrió, el tiempo que duró, lo que pensabas en ese momento y el cúmulo de emociones que provocó. Y ocurre así en todo momento, con todas las experiencias de tu vida. Este proceso crea tu personalidad y te dota de consciencia.

El eje tridimensional que has imaginado contienes diferentes niveles de consciencia basados en cinco planos de proyección horizontal, el pasado, el presente y el futuro forman tres niveles de la realidad. Del mismo modo, y a derecha e izquierda de ti, se forman también dos niveles horizontales más, basados en las formas de pensamiento que crean la acción en el tiempo y que están construidas desde la psiquis y los hemisferios cerebrales, y constituyen así la parte racional y la parte emocional. Estos cinco niveles de consciencia, de proyección horizontal, dan forma a la personalidad del ser humano desde su ego, y contienen la realidad del espacio o de la dimensión de la materia.

Pero nos falta hablar de la proyección vertical de la habitación, arriba y abajo, que sostienen dos  niveles de consciencia basados en la verticalidad de la realidad. Estos niveles crean el campo cuántico, electromagnético o espiritual a tu alrededor. Introduciendo la información, la memoria celular absorbida o el Karma acumulado en el primer nivel de consciencia vertical conocido como cromosoma o ADN y en el segundo nivel de consciencia vertical llamado magnetosoma. 

Estos niveles de realidad ya no dependen del ego sino que se gobiernan desde tu alma. Y contienen el tiempo, la dimensión espiritual que te induce a buscar el propósito de tu creación vital, de tu vida. Como ves, tu punto de evolución, tu nivel de consciencia determinará la comprensión y la posterior aceptación desde lo válido de todo lo que has vivido.

Llenar el espacio es algo sencillo, bastan sólo unas manos de pintura y un poco de gusto al decorar y puedes cambiar el aspecto de cualquier habitación, pero llenar el tiempo es más complicado. Necesitas conocerte, saber de ti para valorar que hacer y que sentir con el tiempo que se te ha dado, y el tiempo sólo se llena de aquellas pequeñas cosas que enamoran el alma...





 

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