Existes como piensas...

Pienso luego existo, así afirmaba Descartes, y así podia comprender las peculiaridades del Yo, de uno mismo. Haciendo mención al pensamiento, y a su desarrollo en la vida tanteaba lo invisble o sutil de su existencia, su alma. Pero el alma es simplemente un contededor de la expresión libre de tus pensamientos, de tus emociones y de la repercusión que estos ejercen en tu vida. 

El alma es una memoria, que crece día a día, que se llena de información y que a través de tu espiritualidad se manifiesta en tu proyección vital, siendo la espiritualidad, la función consciente del alma en la materia para su crecimiento y perfeccionamiento en el tiempo. Dicha memoria valora el pasado, como recuerdo, el presente como experimentador y el futuro como contraste de los anteriores a través de las leyes de causa y efecto. Además de ordenar nuestras vidas, nuestro tiempo, es capaz de condicionar nuestros pensamientos dándoles forma.

Las formas que toman nuestros pensamientos para luego ayudarnos a desarrollar nuestras vidas van desde lo más simple a lo más complejo y engloban características diferenciadas entre ellos. Así pues podíamos definir la primera de estas formas como pensamiento autómata, en el residen las funciones no conscientes que realiza el cerebro humano para dotar de vida nuestro cuerpo a través de la función de sus glándulas y hemisferios, de su estructura cerebral y de la bioquímica que produce para inducir las funciones vitales del propio cuerpo físico.

La segunda forma de pensamiento es tan ancestral como la vida misma, es de carácter instintivo, crea las secuencias de la vida, nos vincula al ego o personalidad individualizada y en principio estructura lo que será el flujo de las experiencias de nuestro día a día. Hemos de decir que las formas del pensamiento a partir de esta, están activas en función de la consciencia del individuo, de su madurez espiritual, y por ende actuará siempre la de mayor vibración o rango.

El pensamiento egoico es la tercera forma de pensamiento que alberga nuestra consciencia, nos dota de la capacidad de saborear la vida, de atrevernos a probar, a comparar y motiva al ser humano hacia la experimentación en la materia, residen en ella los placeres de la vida, y con ellos se forja y se acrecienta.

Superados los deseos carnales, las vanidades y otras vicisitudes, aparece la forma de pensamiento lúcido, capaz de proveernos de nuevas ideas, de nuevos planes, de rumbos nuevos. Contiene la ilusión por lo desconocido o por lo novedoso y está creado desde el contraste con el pensamiento egoico. Los pensamiento egoístas sólo te darán placer mientras disfrutas de las propias experiencias en las que están basados, cuando estas finalizan, el placer desaparece.
Por la contra los pensamientos lúcidos tienden a llenar el futuro, son contrastados con los pensamientos egoicos y por lo tanto están llenos de algo que dura más que el placer, están llenos de momentos felices que deseas vivir. Cuando el placer madura se convierte en felicidad.

Así la información de la consciencia crece y toma nuevas formas de pensamientos, estos pensamientos basados siempre en los anteriores se conocen como pensamientos creativos. Imprimen en ti la voluntad de la acción, el deseo de manifestar esos momentos felices y por lo tanto comienzan a orientar la vida hacia dichos propósitos. Y los pensamientos siguen sumándose...

Cuando te sientes en el latir de los días, el pensamiento se torna compasivo, altruista y cordial. No fluye sólo desde la mente racional o lógica, también entra en juego nuestro corazón, se desea compartir ese estado de dicha a tu alrededor para crear una larga onda de belleza y perfección de orden y armonía. Lo que más se desea es compartir la felicidad. 

Y por ultimo y más difícil, llegado a este punto la consciencia se vuelve rítmica, es capaz de razonar, valorar, sentir y analizar desde los placeres del ego hasta las soluciones más cordiales en todos nuestros actos en el mismo instante. El resultado de este proceso esta más allá de la dualidad, más allá del ego y sus deseos, más allá del alma y su cordialidad. Se crea a tu alrededor una forma de pensamiento universal, o globalizada que recrea tu vida.
Este campo es llamado supraconsciencia, o pensamiento de creación instantánea, que te permite convertirte en lo que realmente siempre has sido...un aprendiz de Creador.
Recuerda, así como piensas así es que existes...

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